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Sobre el programa...
Es posible que el nombre de Mieczysław Weinberg no nos sea muy familiar; sin embargo, este compositor ruso de origen polaco es considerado en su país como uno de los nombres más grandes de la era soviética, ¡al lado de Prokófiev y Shostakóvich! La obra de este último es, de hecho, particularmente importante cuando se trata de entender la música de Weinberg: los dos fueron amigos muy cercanos y ejercieron una influencia el uno en el otro a través de numerosas conversaciones y una nutrida correspondencia escrita alrededor a sus obras. Censurado y detenido por órdenes de Stalin en febrero de 1953, Weinberg desaparece del mapa hasta la muerte del dictador. De inmediato, y hasta su propia muerte en 1996, el compositor seguirá escribiendo y legará a la posteridad más de 150 obras que van desde las dedicadas a instrumentos a solo hasta la ópera.
En 2019, desde el Gogol Center en Moscú, Gidon Kremer rinde aquí un intenso homenaje a esta figura colosal de la música rusa del siglo XX con su propio arreglo para violín de los 24 Preludios para violonchelo solo, op. 100. La obra es un reflejo de la vida agitada de este fascinante compositor, con momentos ligeros o de sombría intensidad que tocan nuestras fibras más sensibles. La interpretación feroz pero profundamente humana de Gidon Kremer de estos Preludios para un tiempo perdido se complementa con las poderosas fotografías de Antanas Sutkus, lo que convierte este recital en toda una experiencia, por demás, inolvidable.