Christian Zacharias interpreta a Chopin y dirige Dvořák

Entre el piano y la orquesta, se establecen vínculos íntimos para un concierto de Chopin apasionado.

Habitual en las cálidas noches de verano del Parc de Florans, el pianista y director de orquesta alemán, Christian Zacharias, dirige desde su teclado a la Orquesta de Cámara de Lausana en el Concierto n.° 2 de Chopin. Entre su interpretación como pianista y la orquesta, de la que es director desde hace una década, se han establecido íntimos vínculos que eliminan toda distinción.

El concierto de Chopin, interpretado esta noche, parece surgir de una única entidad. A pesar de todo, Zacharias sigue siendo pianista (nacido en 1950, se formó en París con Vlado Perlemuter), lo que resulta perfecto: «su» Chopin es profundamente musical y, mejor que una batuta de director de orquesta, sus dedos sobre las teclas llevan a la orquesta a un flujo incontenible.

En segunda parte, la Serenata para cuerdas op. 22 de Dvořák por un Zacharias que sigue sin batuta pero sin piano. Solo como director, también sabe hacerlo.