Casting
English Chamber Orchestra
Orquesta Filarmónica de Moscú
Kirill Kondrashin
Igor Oistrakh
Sobre el programa...
Un encuentro estelar en Londres: David Oistrakh, su hijo Igor, Yehudi Menuhin y sir Colin Davis.
Si alguien merecía el título de rey, este es David Oistrakh: «el rey David». El violinista, probablemente el más extraordinario del siglo XX, nació en Odessa en 1908 y comenzó sus estudios con Piotr Stoliarski, quien sería también el maestro de su hijo. Rápidamente, el rumor sobre su genio correría como pólvora a lo largo y ancho de la URSS y cruzaría incluso sus fronteras, bastante herméticas en aquel entonces, al recibir el Primer Premio del Concurso Eugène Ysaÿe en Bélgica.
Su arte concilia lo irreconciliable: a la vez dionisiaco y apolíneo, anclado en la tierra pero ligero como el viento, virtuoso sin exhibiciones... ¿Qué términos utilizar para definir su sonoridad: cálida, potente, intensa? Al mismo tiempo que domina el repertorio ruso, toca con igual dominio todos los otros repertorios: de lo clásico a lo, entonces, contemporáneo, habiendo inspirado a Misastovski, Khatchaturian y Shostakóvich, quien le escribiría sus dos conciertos para violín, obras maestras del repertorio; así como a Prokófiev, con las dos sontatas para violín y piano.
Londres, 1961. Ante el público del Royal Festival Hall y acompañado por la English Chamber Orchestra bajo la batuta de sir Colin Davis, interpreta con su hijo Igor el Concierto para dos violines de Johann Sebastian Bach, primera presentación del dúo en el extranjero. La revelación en el mundo occidental del talento del joven Igor supondría de inmediato un éxito irrefutable, Dos años más tarde, también en Londres y como parte de la primera gira de la Filarmónica de Moscú y en un Royal Albert Hall a reventar, David Oistrakh desde la viola aborda con su hijo al violín la Sinfonía Concertante para violín y viola de Mozart bajo la dirección de, nada menos que, Yehudi Menuhin. Un sueño.
Por último, uno de los directores de orquesta más apreciados por Oistrakh, Kirill Kondrahin, dirige a la orquesta en el Concierto para violín de Brahms: una rendición legendaria con la calidez, el entusiasmo y el sólido dominio técnico característico de las interpretaciones del gran rey David.