La Bohème de Puccini
Giancarlo del Monaco (puesta en escena), Jesús López Cobos (dirección musical) – Con Inva Mula, Laura Giordano...
Casting
Giancarlo del Monaco
Michael Scott
Wolfgang von Zoubek
Marco Carniti
Inva Mula
Laura Giordano
Aquiles Machado
Fabio Maria Capitanucci
David Menéndez
Felipe Bou
Gonzalo Fernández de Terán
Juan Tomás Martínez
Alfredo Mariotti
Coro y Orquesta Titular del Teatro Real (Coro Intermezzo y Orquesta Sinfónica de Madrid)
Jesús López Cobos
Sobre el programa...
ACTO I
Es nochebuena en una buhardilla del Barrio Latino de París, hacia 1830. El poeta Rodolfo y el pintor Marcello intentan en vano combatir el frío escribiendo y pintando; deciden entonces quemar en la estufa el manuscrito de una tragedia del primero. Llega Colline, filósofo, con unos libros que no ha conseguido empeñar. Entra después el músico Schaunard con dos mozos de una tienda, cargados de leña y viandas. Las ha podido comprar gracias a unas lecciones de música que ha cobrado. Brindan y deciden ir a celebrar la nochebuena al Café Momus. Pero se presenta de improviso Benoît, el dueño de la buhardilla, para exigir el alquiler del último trimestre. Le invitan a beber con ellos y, cuando consiguen achisparlo, le animan a contar sus escarceos amorosos. El hombre se anima, da rienda suelta a su lengua y, al revelar sus aventuras extramatrimoniales, los bohemios se fingen indignados y lo expulsan. Sin pagarle, por supuesto. Marcello, Colline y Schaunard bajan al café, y Rodolfo promete seguirles enseguida, en cuanto termine el artículo que está escribiendo para una revista. Tocan a la puerta; es la vecina Mimì, una modistilla que viene a pedir lumbre para su palmatoria. Rodolfo la invita a pasar, pero un golpe de tos la obliga a apoyarse en una silla; se desvanece y Rodolfo le da un sorbo de vino. Una vez repuesta quiere marcharse, pero se da cuenta de que ha perdido la llave de su casa. Una corriente de aire apaga la luz y han de buscar la llave a tientas en la oscuridad. Rodolfo la encuentra, pero no dice nada y hace como que sigue buscando, hasta rozar la mano de la joven. Está fría; el joven la calienta entre las suyas y le habla de su vida. Mimì le responde contándole la suya y descubren su mutuo amor. Los amigos reclaman a Rodolfo desde la calle su presencia en el café; les confirma que irá, pero acompañado. El acto concluye con un dúo de amor y su partida hacia el café.
ACTO II
La terraza del Café Momus, en una plaza muy animada, con profusión de vendedores ambulantes. Rodolfo le regala una cofia a Mimì, mientras Colline compra una levita y Schaunard regatea el precio de una trompa. Marcello se lamenta por no tener compañía femenina, rodeado como está de tantas mujeres bonitas. Llega un vendedor de juguetes y se produce un gran revuelo entre los niños. Los amigos se sientan a cenar y poco después aparece Musetta, antigua amante de Marcello, acompañada de Alcindoro, político maduro y adinerado. Musetta, ostentosamente vestida, pide que los acomoden cerca del grupo de amigos; se pone a cantar un vals que Alcindoro encuentra indecoroso y de pronto da un grito asegurando que un zapato le hace mucho daño en el pie: es una excusa para enviar a Alcindoro a comprarle un nuevo par y así alejarlo por un rato. Aprovecha entonces para provocarle celos a Marcello, dándole a entender que aún le ama; la reconciliación tiene lugar. Un grupo de soldados atraviesa la plaza al son de una marcha. Traen las cuentas de las dos cenas y Musetta da instrucciones a los camareros para que se las pasen a Alcindoro cuando vuelva; los bohemios abandonan el café.
ACTO III
La Barrière de l’Enfer, en las afueras de París. Amanece un día de febrero y está nevando. En un lado hay una taberna en la que Marcello pinta carteles y Musetta da lecciones de música. Aparece Mimì, pálida y demudada, tosiendo, y pregunta a una mujer por el paradero de Marcello. Al borde de las lágrimas le confiesa que Rodolfo la atormenta con sus desorbitados celos, poniendo su relación al borde de la ruptura. El poeta, que estaba adormilado, se despierta y sale de la taberna y, mientras Mimì se esconde, le cuenta a Marcello que Mimì es una coqueta y que además está muy enferma; aunque reconoce que sigue amándola, debe romper su relación con ella porque no puede costear las medicinas que requiere. Al conocer su verdadero estado de salud, Mimì no puede evitar los sollozos y la tos, lo cual delata su presencia. Rodolfo trata de tranquilizarla asegurándole que exageraba, pero Mimì quiere separarse ya de él; éste la convence para que sigan juntos hasta la llegada del buen tiempo. Marcello oye las frívolas risas de Musetta y le reprocha que vuelva a coquetear; se despiden cruzándose agrios insultos.
ACTO IV
Es primavera. En la buhardilla del Acto I, Rodolfo y Marcello, que intentan en vano concentrarse en sus trabajos, lamentan haberse separado de sus amantes. Llegan los otros dos amigos y juntos intentan olvidar sus penas bailando disfrazados; en pleno jolgorio, durante un fingido duelo entre Colline y Schaunard, se presenta Musetta muy agitada, anunciando que detrás de ella viene Mimì muy débil; casi no tiene fuerzas para subir la escalera. Rodolfo la ayuda y la acuesta para que descanse; la pareja se reconcilia tiernamente. Musetta cuenta cómo ha encontrado en la calle a Mimì en tan deplorable estado, y pide a Marcello que vaya a empeñar sus pendientes para llamar a un médico, comprarle medicinas y un manguito que caliente sus frías manos. Colline por su parte, antes de vender su abrigo, se despide de él con solemnidad y emoción. Los amantes quedan solos y recuerdan sus momentos de felicidad. Regresan los amigos y Mimì parece adormecerse; Musetta reza para que Mimì se restablezca, pero pronto se dan cuenta todos, excepto Rodolfo, de que acaba de expirar. Al advertir que todos le miran de modo extraño, Rodolfo llora y grita con desesperación el nombre de su amada, mientras se abraza a su cuerpo sin vida.
© Fotografía: Javier del Real